miércoles, 5 de noviembre de 2008

Niños con problemas psíquicos

Entre los problemas psíquicos más importantes en la edad infantil, que pensamos que cabe destacar son: el Síndrome de Down y la Epilepsia.




El síndrome de Down es un trastorno cromosómico (
causado por la presencia de material genético extra del cromosoma 21), que incluye una combinación de defectos congénitos, entre ellos, cierto grado de retraso mental, facciones características y, con frecuencia, defectos cardíacos y otros problemas de salud.





¿Qué problemas de salud pueden tener los niños con síndrome de Down?

Las perspectivas para las personas con síndrome de Down son mucho más alentadoras de lo que solían ser. La mayoría de los problemas de salud asociados con el síndrome de Down puede tratarse. Las personas con síndrome de Down tienen más probabilidades que las personas no afectadas de tener una o más de las siguientes enfermedades:

  • Defectos cardíacos.
  • Defectos intestinales.
  • Problemas de visión, como esotropía (visión cruzada), miopía o hipermetropía y cataratas.
  • Pérdida de la audición. Aproximadamente el 75 por ciento de los niños con síndrome de Down tiene deficiencias auditivas.
  • Infecciones. Los niños con síndrome de Down tienden a resfriarse mucho y a tener infecciones de oído y, además, suelen contraer bronquitis y neumonía.
  • Problemas de tiroides, leucemia y convulsiones.
  • Pérdida de la memoria. Las personas con síndrome de Down son más propensas que las personas no afectadas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer (caracterizada por la pérdida gradual de la memoria, cambios en la personalidad y otros problemas).

Algunas personas con síndrome de Down presentan varios de estos problemas mientras que otras no presentan ninguno.

Algo muy importante relacionado con la NEE sería preguntarse:


¿Pueden realmente los niños con Síndrome de Down asistir a la escuela?

y la respuesta a esta pregunta es clara y concisa: Sí, ya que hay programas especiales a partir de la edad preescolar que ayudan a los niños con síndrome de Down a desarrollar destrezas en la mayor medida posible. Además de beneficiarse con la intervención temprana y la educación especial, muchos niños consiguen integrarse en clases para niños normales. Muchos niños afectados aprenden a leer y escribir y algunos terminan la escuela secundaria y continúan estudiando o van a la universidad. Los niños con síndrome de Down participan en diversas actividades propias de la niñez, tanto en la escuela como en sus vecindarios.

Otro de los problemas más frecuentes y que necesita una especial atención es
la epilepsia.

La epilepsia
es un padecimiento crónico, de etiología múltiple, caracterizado por presencia de "ataques", que pueden ser convulsivos o no convulsivos, con factor desencadenante o sin él.

Los estudiantes con epilepsia o que son propensos a los ataques son elegibles para recibir servicios de educación especial bajo el Acta para la Educación de los Individuos con Discapacidades (IDEA).

La epilepsia se clasifica como “impedimento a la salud” y la escuela y los padres tienen
que desarrollar un Programa Educativo Individualizado a fin de especificar los servicios apropiados.

Algunos ataques pueden interferir con las capacidades para el aprendizaje. Si el estudiante tiene el tipo de ataque caracterizado por un breve período de mirada fija, él o ella posiblemente pierda parte de lo que diga el profesor. Es importante que el profesor observe y documente esos episodios e informe a los padres.


Dependiendo del tipo de ataque o cuán seguido éstos ocurran, algunos niños pueden necesitar ayuda para poder mantenerse al mismo nivel de los demás alumnos.

Esta asistencia puede incluir adaptaciones en el estilo de instrucción dentro de la sala de clases, instrucción para los profesores sobre cómo asistir al niño durante un ataque, y
asesoría.

Es importante que los profesores y personal de la escuela comprendan la condición del niño, los posibles efectos de los medicamentos, y qué hacer en el caso de que el niño tenga un ataque en la escuela. La mayoría de los padres encuentran que una conversación con los profesores al comienzo del año da buenos resultados. Aunque el niño tenga ataques que son controlados mediante medicamentos, es mejor que el personal de la escuela esté informado sobre la condición del niño.


Para ayudar a los niños a sentirse más seguros de sí mismos y para que éstos acepten el hecho de tener epilepsia, la escuela puede proveer, al personal y alumnos, un programa de educación sobre la epilepsia, incluyendo cómo reconocer un ataque y primeros auxilios.

"Los estudiantes pueden beneficiarse más cuando la familia y la escuela trabajan juntos."




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