martes, 4 de noviembre de 2008

Los niños hiperactivos


Un niño es hiperactivo cuando se le ha sido diagnosticado con un TDAH (Transtorno por Déficit de Atención con Hiperactividad).

El Transtorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad es un transtorno que se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos.

Las diferencias existentes entre el TDAH con hiperactividad y sin hiperactividad son:

  • TDAH con hiperactividad: Son alumnos que les cuesta más inhibir o frenar sus impulsos y son más propensos a frustarse y no pueden mantener la motivación para realizar las tareas.
  • TDAH sin hiperactividad: Son alumnos más distraidos y desatentos pero con menos dificultades para inhibir o frenar sus impulsos.

Actualmente se sabe que entre 1/3 y 2/3 de los niños que son diagnosticados de TDAH seguirán teniendo alguna dificultad cuando lleguen a adultos. Pero también se sabe que, aunque la causa de este trastorno es de carácter neurobiológico, los síntomas se pueden agravar si se vive en unas condiciones ambientales adversas. Por eso es importante cuidar el entorno en el que se mueve nuestro hijo y la forma cómo lo tratamos. Por eso es importante:



Sugerencias para los padres

1. Saber cuál es el comportamiento normal del niño en edad preescolar. Pretender que un niño se comporte perfectamente en situaciones creadas para adultos (comer en un restaurante o ir de compras al supermercado) es algo irreal. Los padres han de adaptar las actividades que realizan con sus hijos a las edades de los niños.

2. Aprender a controlar la conducta del niño. Lograr que los niños con TDAH hagan aquello que los padres suponen que deben hacer es un reto muy difícil de conseguir. Por ello es conveniente acudir a seminarios o cursos donde se aprenden a utilizar estrategias educativas eficaces, a adecuar las expectativas a las capacidades de los niños y, a la vez, conocer a otras familias que se encuentren en situaciones semejantes y que les comprenden.

3. Intentar conservar la calma por muy tensa que sea la situación.

4. Ir paso a paso. Es mucho más razonable y menos decepcionante proponernos pequeñas metas e, incluso, intentar conseguir (y valorar) pequeños avances dentro de un mismo objetivo.

5. Buscar las conductas positivas. La mayoría de los padres tienden a prestar más atención a las conductas negativas de sus hijos, ya que estas son las que molestan y llaman la atención. Es muy importante descubrir a nuestro hijo haciendo algo bueno y felicitarle por ello.

6. Cuando hay más hermanos. Cuando tenemos a un hijo que reclama la atención constante de los padres, éstos suelen dedicar menos atención al hermano más tranquilo porque corre menos peligros. Es conveniente buscar un tiempo especial (cuando el niño hace la siesta o está en la guardería) para dedicarse plenamente al otro hermano.



Sugerencias para los maestros

  • Procurar un ambiente tranquilo, ordenado y sin demasiados cambios. La estabilidad les ayuda.
  • El maestro ha de ser flexible; a un niño muy activo no se le puede pedir que se esté quieto en su mesa mientras se prepara alguna actividad, pero tampoco se le puede dar rienda suelta para que haga lo que quiera ya que también necesita tener límites y saber hasta donde puede llegar. Es conveniente tenerlo cerca y hacerle repetir las instrucciones en voz alta, haciéndole preguntas y felicitándole si acierta la respuesta.
  • No es extraño que los niños excesivamente activos tengan algún otro problema en las relaciones con sus compañeros. Ha de ser corregido pero siempre buscando una solución, nunca culpabilizando ni etiquetando al niño. El maestro debe valerse de sus recursos para ayudar al niño en la buena integración en el aula y la escuela.
  • Todos los niños pueden destacar en algo. Si tenemos a un niño que tiene dificultades para destacar en el aprendizaje podemos ayudarle favoreciendo otras actividades que desarrollen la creatividad como las manualidades o las canciones.

Relación padres - escuela

El TDAH no es consecuencia de una educación incorrecta por parte de las familias ni por parte de los maestros. Este hecho es importante que lo asuman tanto los padres como el parvulario y que, a partir de ahí, comiencen a trabajar conjuntamente para mejorar las capacidades de los niños con dificultades, porque una buena relación entre las personas que más tiempo pasan con el niño es un factor muy importante y decisivo para su desarrollo.

Es responsabilidad de los padres facilitar información sobre el TDAH al maestro y por parte del maestro el formarse profesionalmente para dar la respuesta más adecuada a cada uno de sus alumnos.


1 comentarios:

Fabián Esteban Domingo Torres dijo...

Muy bueno los aportes sobre como trabajar con niños hiperactivo me sirvió para proponer actividades aúlicas soy estudiante de Profesorado para la Educación Primaria para el área de Práctica 3 gracias.